Sin embargo, la incursión de la videovigilancia también implica un inminente riesgo cibernético, por lo que es indispensable que al momento de elegir o utilizar estas tecnologías se haga bajo esquemas de ciberseguridad, además de buscar buenas prácticas para disuadir los riesgos.
Lo anterior subraya la necesidad de que los dispositivos de videovigilancia sean seguros, pues además de los ataques donde exigen dinero, existe un tipo de malware llamado caballo de Troya que pasa desapercibido y llevan a cabo actividades de recopilación de información. Una vez que se ha coleccionado suficientes datos, los delincuentes informáticos pueden asumir el control operativo. Si esto sucediera en una planta de oil & gas, se podría desencadenar una falsa alerta de que una pieza de maquinaria no funciona correctamente. Si no se verifica, una respuesta incorrecta podría causar más daño que el evento real.
En videovigilancia, por ejemplo, los productos deben funcionar según lo diseñado y previsto, con una integridad constante. Esto se puede lograr si el hardware y el firmware se protegen con éxito contra cambios o manipulaciones no autorizados durante su recorrido a través de la cadena de suministro. Comenzando con los materiales de los componentes, la trazabilidad, que incluye el proceso de manipulación de materiales, siempre garantiza el estado, revelando cualquier desviación que pueda comprometer la calidad y la manipulación de la señal.
Hoy más que nunca es importante que las empresas de oil & gas miren más allá de los beneficios a corto plazo obtenidos de la videovigilancia y centrarse además en la madurez de la seguridad cibernética de las empresas proveedoras como Axis, para proteger su inversión de posibles ataques.
Una solución de videovigilancia comprometida dentro de un sector crítico no solo podría tener consecuencias negativas para el negocio, sino también para la sociedad. Dado que los países dependen de estos servicios, las implicaciones podrían ser generalizadas. Desde una perspectiva empresarial, un ciberataque podría tener impactos negativos en la reputación de su marca, el precio de las acciones y la rentabilidad.
El sector de oil & gas forma una parte importante del sector de infraestructura crítica de un país, por lo que la seguridad cibernética es la preocupación número uno para la mayoría de las operaciones. Los ataques exitosos, los numerosos subsectores y las autoridades asociadas podrían tener efectos catastróficos en las organizaciones y los ciudadanos. Además, también podría resultar en un efecto en cascada o dominó: si un subsector cae, otros subsectores podrían seguirlo.
A medida que el sector del petróleo y el gas entra en una nueva era tecnológica, el papel del socio tecnológico será aún más fundamental para el éxito. Las soluciones que brindan ayudarán a mejorar la eficiencia y reducir los costos en el sector, especialmente desde una perspectiva de monitoreo remoto. Sin embargo, una cuidadosa evaluación de la seguridad cibernética de estas empresas es fundamental y debe priorizarse durante el proceso de adquisición.